BLOQUE I Introducción, qué es un plan de negocio

Introducción

En realidad la gestión y el emprendimiento cultural no deberían ser una posibilidad, sino que sencillamente representan, podríamos decir una necesidad. Para empezar, porque la creación artística es una vía de comunicación entre los seres humanos y forma parte de esa evolución, de cada civilización, de cada tiempo, de cada generación. Ese conjunto del conocimiento y la cultura en definitiva representa esa superación de los errores del pasado que abre caminos hacia el futuro.
Además, las artes contribuyen a comprender este presente, que habitamos este mundo en su contexto diario, que nos ha tocado vivir. La prueba la tenemos muy reciente en nuestra cabeza: durante mucho tiempo, durante varios meses, teatros, museos, editoriales, etc. han estado cerrados, han estado paralizando su actividad, con el artista y el gestor cultural en la trastienda.


Pero el artista en ese espacio para la creación que no deja de ser su intelecto, no ha cesado. Si la cultura por sí misma representa la mejor de las herramientas educadoras. Las artes además facilitan la ruptura de desigualdades y propone la mirada más flexible que podamos encontrar.

La gestión cultural es una profesión de futuro: en realidad no es ningún descubrimiento, es sencilla y llanamente una certeza reconocida así por las cifras de consumo cultural, cada vez más van en aumento. Cada vez es mayor y más heterogéneo el nacimiento de nuevas propuestas por y para la cultura, ya sean propuestas empresariales, ya sean orientadas a lo educativo, ya sean iniciativas en el ámbito público a través de propuestas en solitario de creadores o de emprendedores de las artes.


Las posibilidades, además de que las artes ofrezcan diversas opciones es inagotable. Permiten miradas, interpretaciones infinitas, alternativas potentes y a la vez motivadoras Esto lo percibimos también en el ámbito académico, con más y mejores propuestas en este ámbito.

En los últimos tiempos el interés por la cultura va en aumento. Tampoco suele gustarnos que un modo un tanto vago, un tanto desafortunado o sencillamente impreciso en muchas ocasiones se diga que la cultura no interesa. Esto no es así, se trata de un error. La Cultura siempre interesó y continúa interesando a muchas personas. La clave, es plantearnos por qué no llama la atención de los que aparentemente no muestran interés aquellos que no la consumen. Quienes no se detienen en ella. Puede ser que hablemos de una falta de interés justificada. Puede que ese proyecto artístico no está en altura. No sea interesante. No merezca la pena apostar por el proyecto.


Todos estaríamos de acuerdo en decir que la razón es clara, sencilla y llanamente, porque esa persona no ha tenido la oportunidad de conocer la cultura o porque tienen aparcado en su cabeza prejuicios, orgullo o desconocimiento. Buena parte de las iniciativas culturales implementadas hoy inciden en esta línea. Es decir, pueden contribuir precisamente a rellenar estas ausencias. Y aquí ponemos sobre la mesa otra pequeña reflexión. No hay que forzar tampoco la máquina, es decir, hay que generar esa oportunidad.

Por supuesto, hay que acercar la cultura al mayor número posible de personas, pero cuando no se consigue esa atención no puedes tampoco pensar que has fracasado. Porque no todas las personas, aunque nos duela reconocerlo, han de ser consumidoras habituales de cultura.

Se requiere, una cierta iniciación, un cierto hábito y se requiere también de cierta predisposición, que no siempre se logra a pesar de los esfuerzos y de los intentos.

También la profesión de la gestión cultural tiene mucho que hacer en esta línea. Un pequeño apunte que en el caso concreto de nuestro país, gracias a la Ley de Propiedad Intelectual reciente hace unos años, pues evidentemente las penas ahora son más duras y desde el ámbito jurídico y se ha se ha avanzado bastante. Es curioso porque la cultura, a pesar de esos baches ha superado otros muchos más grandes. En el pasado también hubo censura, se dieron intereses ocultos, hubo vandalismo, hubo abandono, hubo ignorancia, mucha desidia hacia la cultura, no por ello podemos poner en definitiva excusas. Porque aunque no exista ese caldo
de cultivo para que la cultura tenga obstáculos hay que seguir creando, hay que seguir luchando.


Contamos hoy en día con unos respaldos con los que no contábamos antes. Para empezar las herramientas tecnológicas y, por supuesto, de ese mayor estatus de la profesión. Y también debemos hablar de las posibilidades de negocio. Porque, claro está, la profesionalización y la comercialización de obras visuales, literarias, cinematográficas, escénicas, etc. todo ese engranaje que se pone en funcionamiento tras las que detrás la creación artística lleva consigo que no solamente puedan vivir de ello los autores, sino que permite que puedan irse fraguando todas las demás iniciativas. Si se consigue que haya un mayor consumo cultural se estará generando en mayor o menor medida, una creciente demanda cultural. De ahí que el profesional de la gestión, el emprendedor cultural, tiene mucho por hacer . Ya no nos sirven las fórmulas del pasado y porque la cultura, nuestro tiempo, también tiene sus necesidades.


Requiere que cada proyecto artístico sea vertebrado de una manera concreta según su contexto, según su objetivo, según su razón de ser. Y aquí es donde de lleno, insisto, en esto entran gestores y emprendedores porque permiten dar todos esos pasos. La cultura cada vez es más interdisciplinar. La cultura cada vez es más heterogénea y está más integrada en el contexto que le ha tocado vivir. Por ello, la cultura no entiende de límites.

Creemos que el sector de las artes en nuestro país es muy productivo, muy competente, aunque todavía queda mucho por hacer. Por producir, por apostar y, por consiguiente, por cosechar, pero también porque el nuevo modo de consumo cultural ha cambiado.

La gestión cultural es una profesión de futuro. Las cifras de consumo cultural lo avalan, cada vez más en aumento. Cada vez es mayor y más heterogéneo el nacimiento de nuevas propuestas por y para la cultura, ya sean propuestas empresariales, ya sean orientadas a lo educativo, ya sean iniciativas en el ámbito público a través de propuestas en solitario de creadores o de emprendedores de las artes.

Queremos mostrarte la dinámica de los planes de negocios. No es más que una herramienta de control y de planificación que nos va a ayudar a que cualquier empresa o proyecto cultural que tengamos funcione. La idea de utilizar el plan de negocios nos ayudará a generar ese proyecto.

Este curso da una visión de plan de negocio genérica y luego un poco adaptada al sector cultural. Hay que tener en cuenta que es un conocimiento básico para quienes no saben nada sobre esto. Cada proyecto debe adaptar este plan de negocio genérico a sus necesidades. Este curso no significa que este plan de negocio explicado valga para cualquier proyecto, pero sí que tiene aspectos básicos que no deben faltar en cualquier plan de negocio.

Este curso está orientado con el objetivo de que dispongas de bastantes herramientas, recursos, estrategias, metodologías para acceder a proyectos de financiación para vuestro proyecto educativo o cultural. Vamos a ir introduciendo diferentes recursos, diferentes herramientas para hacer posible ese proyecto que vosotros tenéis en la cabeza en las diferentes lecciones del curso.

¿Qué es un plan de negocio?

Muchas veces cometemos el error de decir que lo tengo todo en la cabeza. Pero tu equipo, tus inversores, la administración pública, tus sponsors, tus empleados, no pueden descifrar lo que tienes en la cabeza. No hay nada mejor que visualizarlo y a partir de ahí puedes tomar decisiones para que se vayan concretando las cosas. La idea del plan de negocios es que si tienes una empresa que funciona y ya está operando y genera recursos, se vaya planificando a medio plazo de manera que puedan generar sus propios recursos para que la creación de sus proyectos no se vea limitada.

Si logramos recursos, conseguiremos flujo de efectivo. Cuando un proyecto o una empresa cultural genera recursos y el dinero suficiente para pagar sus gastos durante cinco años consecutivos, va a estar bien en el sexto año de manera automática. Si vamos mal corregimos lo que no funcione para seguir con la senda proyectada en el plan de negocios.

Creemos que si estás empezando en una empresa, el plan de negocios es la herramienta por excelencia. Un plan de negocios es básicamente un documento que refleja la estrategia sobre los objetivos de un negocio. La estructura del plan de negocios consta de tres principales estudios: el estudio de mercado, el estudio técnico y el estudio financiero.

Plan de negocio en el sector cultural/artístico.

Los proyectos culturales deben de ser autosuficientes y el plan de negocios es una herramienta que nos permite trazar una estrategia para tener éxito. Incluye conceptos y metodologías ya comprobadas y que funcionan. El plan de negocios es una guía para ejecutar una actividad que genere recursos en el largo plazo con el objetivo de ser sustentable en el tiempo. Esa es la idea principal. Es una ruta a seguir que nos va a generar recursos en el largo plazo. ¿Qué tipo de recursos? Puede ser dinero, otros servicios, intercambio de tecnología, etc. porque nos movemos en una economía que es la base del intercambio y además debe generar recursos en el largo plazo. ¿Cuál es el plazo? Pues una previsión como mínimo a 3 años, aunque puedes hacer un plan de negocio también a 5 años.

Tener un plan de negocio, nos va a generar muchas ventajas. La primera ventaja que tenemos es que nos va a ayudar a determinar cuáles son las oportunidades de negocio más prometedoras, así como los espacios de interés, el que nosotros no tengamos que hacer una investigación para poder llevar a cabo ese plan de negocio, nos va a ayudar a encontrar justamente dónde están las oportunidades.